Publicado el: 15/10/2018

Médicos y expertos de diferentes disciplinas opinan sobre las nuevas alternativas sin combustión y de cómo la reducción del daño puede jugar un papel en el control del tabaquismo.

 

Dicen que las comparaciones son odiosas. Sobre todo para el que sale perdiendo, y si hablamos de peligros para la salud pública, la lucha contra el tabaquismo es la gran derrotada. A pesar de ser la primera causa de muerte, con 52.000 fallecimientos en 2017, las políticas de control del tabaquismo no están claras y pocos medios informan acerca de su eficacia o de las alternativas existentes cuando éstas no funcionan. Paradójicamente, otros ejemplos con menos impacto en la salud pública como los accidentes de tráfico –con 1.200 víctimas el año pasado– reciben un alto nivel de atención gubernamental y mediático…

 

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Fuente: larazon.es